Histórico: ¡Quince días de resistencia pacífica!
El 28 de abril de 2021 sin duda marcó un antes y un después en lo relacionado con protestas en la historia reciente de nuestro país. Miles de personas de diferentes edades y lugares de la geografía colombiana, han salido a las calles a protestar durante estos ya quince días, inicialmente en contra de una reforma tributaria que a todas luces representaba un duro golpe para los colombianos, pero principalmente para aquellos más vulnerables y por lo tanto más afectados por la crisis derivada de la pandemia COVID-19, que en el país se cuentan por millones.
Multitudinarias marchas, tomas culturales, plantones frente de oficinas gubernamentales y otras actividades pacíficas, caracterizaron este grito ciudadano que busca un cambio tangible frente a un gobierno errático que desconoce la voz del pueblo colombiano.
Cinco días después y ante la evidente presión ciudadana, el proyecto de ley fue retirado no sin antes advertir que se formularía uno nuevo, “en consenso con el Congreso y otros sectores”. Hasta el momento se desconoce los actores que conformarán dicho consenso, pero seguramente los líderes regionales que han mantenido este Paro Nacional serán excluidos como tantas otras veces.
¿Cuántos días más tendrán que pasar para que el Gobierno Nacional escuche las demandas del Pueblo? ¿Cuánta sangre más tendrá que ser derramada, cuántos llamados de atención internacional más necesitará la intransigencia de la Casa de Nariño para atender la solicitud de cambio que requiere este país?
Como si fuera poco, las entidades encargadas de vigilar el proceder de las entidades públicas, de las fuerzas militares, de la defensa de los derechos humanos en Colombia, se encuentran al servicio del Gobierno actual.
Basta con indagar sobre las cifras oficiales de muertos y desaparecidos producto de estos días de movilización, para ratificar que esconder dichos números es la orden. Ni siquiera a nivel local, en Risaralda, ha sido posible tener estadísticas reales de estos hechos más que comprobados, mucho menos un reporte certero del accionar desmedido de la Policía, el SMAD y otros actores armados por fuera de la ley.
Según la Defensoría del Pueblo, a la fecha se han confirmado 24 muertos y 89 desaparecidos; cifras que difieren enormemente de las reveladas por numerosas organizaciones internacionales de Derechos Humanos, que hablan de más de 40 homicidios, un total de desaparecidos cercano al millar y numerosos casos de violencia sexual.
Solo en nuestro Departamento, este clamor pacífico que busca un cambio en Colombia, ha cobrado la vida de tres personas y ha dejado decenas de heridos… –repetimos– las cifras siguen aún sin esclarecerse. Y siguen en curso otras peligrosas reformas como la de la Salud y las Pensiones, que atentan igualmente contra el ya débil bienestar de la mayoría de los colombianos.
Un capítulo aparte en esta lista de la vergüenza es el nefasto papel que han jugado los grandes medios de comunicación del país que se han declarado aliados incondicionales del gobierno. Su nefasto papel pasa por presentar una imagen sesgada de la realidad de la movilización en el país en la que se privilegia la visión del gobierno y se satura a los colombianos con imágenes de un país en caos, y sin propósito, mientras intentan silenciar las miles de denuncias y crímenes cometidos por la fuerza pública y, más recientemente, civiles armados alentados y protegidos por el gobierno. Sin embargo, el mundo ha reaccionado al llamado del pueblo y hoy los ojos de medios internacionales, organismos de derechos humanos y otros están vigilantes.
Ante esta situación la Asociación Cultural Radio Cruda Online quiere hacer manifiesto que reconoce y apoya las justas luchas del Pueblo Colombiano.
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